Nuestro sector presenta diversos desafíos donde destaca la necesidad de reducción de costes de todo tipo como el encarecimiento de los combustibles necesarios para el transporte y de los costes energéticos de la cadena de frío y conservación, los márgenes cada vez más estrechos, gastos laborales y falta de mano de obra cualificada, el aumento de los costes financieros, la subida de los fertilizantes e insumos, así como la necesidad de adaptación exigida por los clientes, provocadas por las nuevas tendencias de consumo enfocadas en la sostenibilidad.
A las empresas comercializadoras les falta en torno a un 25% de volumen de producción al final de esta campaña – suele acabar al final del verano –, y el consumo de frutas y hortalizas en los hogares españoles descendió un 21%. Aunque según el análisis del MAPA destaca “un buen comportamiento” de plátanos, uvas, frutos rojos, mangos y aguacates, “en detrimento” de naranjas, manzanas y peras o de básicos como patatas, cebollas y ajos, entre otros.
Estos son dos indicadores bastante importantes, ya que las empresas establecen sus presupuestos en torno al volumen que son capaces de producir, para colmo, nunca antes en España habían subido tanto los precios de los alimentos, según el Ministerio de Agricultura (MAPA) con datos de organizaciones del sector, el incremento anual durante el verano en los precios en origen de un centenar de productos, tanto frutas, verduras, carnes o lácteos, rondó, de media, el 30%. A ello se suma el incremento en los costes de producción que sufre el sector primario, la subida de precios de la energía y los fertilizantes, que aumentaron en el último año un 77,9% y un 36%, respectivamente, según los datos de Proexport.
El 24% de los mayoristas hortofrutícolas en España se encuentra en un nivel máximo o elevado de impago, según los datos que ofrece el ‘insight view’ de Iberinform. Hay que recordar que a través de los mercados mayoristas se comercializan el 70% frutas y hortalizas que se consumen en España. Son 24 Mercas que generaron un volumen de ventas de 7,8 millones de toneladas de alimentos, con un valor superior a 14.500 millones de euros, ahí es nada.
En concreto, la venta al por mayor de frutas y verduras constituye el eslabón intermedio entre los productores y la comercialización final en una cadena de valor cada vez más tensa. En su caso, sus márgenes se ven impactados igualmente por el encarecimiento de los combustibles necesarios para el transporte y de los costes energéticos de la cadena de frío y conservación.
La distribución está utilizando la oferta de frutas y hortalizas de temporada para hacer frente a la inflación, por lo que las alianzas con el sector primario cobran, si cabe, más importancia. Según explican en Alimarket, en las últimas semanas sus costes energéticos se han triplicado, además de incurrir en mayores gastos laborales, con lo que sus márgenes están más tensionados que nunca.
Pese a que la agricultura continúa siendo la mayor fuente de empleo en el conjunto del sector agroalimentario en España (estabilizándose en los últimos años en torno a 1,3 millones de trabajadores), visto lo visto en lo que va de año, y dado el contexto actual no se ve una solución cercana y no hay perspectivas de que la situación vaya a dar tregua en los próximos meses. Veremos que pasa.