Cubierta de Plástico en Invernaderos Solares
El ‘mar de plástico’ escapa con hechos y cifras de la creencia generalizada e infundada de que es un gran foco de contaminación precisamente por ese plástico, que le hace ser una imagen icónica de la producción hortofrutícola del sureste español. Al cumplir su ciclo de uso, que se sitúa entres tres a cinco años de vida, todo ese material es reciclado casi al cien por cien. Se trata de un dato que desconoce el común denominador de la opinión pública en España y en el resto de Europa, facilitado por APROA.
Se baraja una cifra de 16.000 toneladas anuales de plástico de cubierta de invernadero que se retira para dar paso al nuevo, una importante inversión de los agricultores en su modo de vida. Cuando son desprendidas de la estructura productiva, todas estas toneladas se entregan a empresas con la pertinente autorización para gestionarlas, y ellas se encargan de transformarlas en granza de LDPE destinada posteriormente a la fabricación de nuevos utensilios de la más diversa gama y destino de uso.
Así, del polietileno de baja densidad en el que se transforma el plástico de la cubierta salen cajas, maceteros o, incluso, mobiliario urbano, incluidos parques infantiles. Y es que nada es al azar en un sector que tiene aplicados infinidad de resultados de innovación y desarrollo, y para el que no se para de investigar. El modelo productivo de los invernaderos solares tiene como unos de sus pilares fundamentales el plástico, y es el primero en poner interés en que sea sostenible y rentable, por pura lógica.
Las cubiertas plásticas no dejan residuo, como se ha explicado, y se está trabajando en elevar incluso más el reciclado del 90% del otro tipo de plástico empleado en la producción. Es el destinado a solarización, a acolchado, a mallas frente a las plagas o a manta térmica, por poner unos ejemplos, que supone otras 16.000 toneladas al año entre las provincias de Almería y Granada. De ahí que la media exacta entre las 32.000 toneladas totales sumando los dos tipos de uso, contemplándose un 100% y un 90% respectivamente, sea de un 95% de reciclaje, únicamente el 7% de los residuos plásticos originados por la agricultura.
La técnica de solarización sirve para desinfectar el suelo de los agentes más frecuentes (hongos, nematodos, gusanos, insectos, hierbas, y bacterias). Consiste en forzar el calentamiento del suelo para conseguir un efecto invernadero mediante la colocación de un plástico transparente sobre el suelo. Este plástico permite incrementar y mantener el efecto de la radiación solar en el terreno. Para las explotaciones que están en producción integrada, la solarización es la única técnica compatible y eficaz que hay. De hecho la solarización es un método físico de desinfección del suelo que controla los patógenos mediante el incremento de temperatura y humedad constante. La eficacia de la solarización depende de la temperatura que alcance el suelo y el tiempo de permanencia, para ello es necesario que la cubierta esté lo más limpia posible y una duración de seis semanas. La profundidad oscila entre 20 y 30 centímetros, sin contar la arena y la temperatura que llega a alcanzar en las capas superiores oscila entre 35 y 60 grados, descendiendo según la profundidad a la que midamos. Alcanzando esta temperatura los hongos perjudiciales para la raíz bajan su porcentaje.
No solo se cuenta con el potencial investigador, sino con el compromiso de los agricultores, a quienes las organizaciones facilitan toda la información necesaria para culminar su proceso de concienciación ante el reciclaje. En el camino también se contempla alcanzar acuerdos con las administraciones, destinados a confeccionar una normativa más adecuada a la realidad, revisar la gestión y garantizar la trazabilidad. De interés social, esta cuestión debe verse desde el prisma de abastecer a la población de alimentos saludables durante todo el año, cultivados de modo natural para el disfrute de 500 millones de personas.
Cabe destacar el lanzamiento de la campaña de promoción e información ‘Cute Solar: cultivando el sabor de Europa en invernaderos solares’. Se ha ideado frente a “los bulos en torno al reciclaje de los plásticos en el sector de la agricultura en invernaderos solares”. La labor, en todo caso, es de todos, agricultores, gestores de residuos y fabricantes de plástico, junto a los distribuidores del mismo, estableciendo la misma facilidad para registrar la trazabilidad de este material que ya se aplica en el propio producto y su transporte.